Hoy en día, los bailarines deben ser más versátiles para tener así un vocabulario corporal más amplio. Las técnicas y estilos no están peleados entre sí como se consideraba hace apenas unas décadas, sino que se complementan para formar mejores artistas.
Por ello, y a veces por motivos coreográficos, practicamos diferentes técnicas de danza que desarrollan nuestra fuerza física, nos enseñan habilidades acrobáticas o moldean la figura corporal.
Entre todas ellas, el ballet se considera una de las más importantes ya que permite al bailarín desarrollar una técnica estricta y minuciosa que mejora la consciencia corporal, el control muscular, las extensiones, la técnica del giro, la precisión y nos brinda una serie de habilidades que pocas técnicas o estilos nos pueden proporcionar.