jueves, 11 de octubre de 2018

¿Por qué algunos de los bailarines más talentosos nunca “la hacen"?

En el mundo de la danza, una carrera exitosa requiere mucho más que una gran técnica.

¿Conoces el Grand Prix de Youth America?, uno de los concursos de ballet más prestigiosos de norteamérica y a nivel mundial. Desde su fundación en 1999, más de 80,000 bailarines han participado en él. Si bien cerca de 450 están bailando actualmente en compañías de todo el mundo; la gran mayoría (¡decenas de miles!) nunca llegan a bailar profesionalmente. Y estas son solo las estadísticas de una competencia.
"Puedes tener el mejor maestro, la mejor técnica, la mayor entrega a tu trabajo, estar 100% comprometido y aún así no lograrlo", dice la fundadora del Grand Prix de Youth America, Larissa Saveliev. "He visto a muchos bailarines extremadamente talentosos terminar sin la suficiente motivación y fuerza mental, no tener el tipo de cuerpo correcto, no entrar en la compañía correcta en el momento adecuado o lastimarse en el momento equivocado". 

Se necesitan muchos factores, y muchos están fuera de tus manos.


Si bien constantemente estamos hablando de los bailarines que triunfan en grande, hay mucho que aprender de un grupo mucho mayor que nunca llega a triunfar. ¿Por qué algunos bailarines realmente talentosos no logran alcanzar su sueño?

"No se trata de talento, se trata de personalidad y perseverancia", dice Ray Leeper, director de NUVO Dance Convention. "El proceso de convertirse en un profesional es diferente a ser un profesional".

Ser realista


Después de graduarse, la mayoría de los bailarines pasan uno o dos años haciendo audiciones. Pasar de audición en audición puede ser frustrante y mentalmente agotador, te sientes como en una especie de “limbo" y muchos jóvenes, junto con sus padres, se dan por vencidos al no obtener los resultados esperados.

Es importante ser realista. He conocido jóvenes recién graduados de la Escuela Nacional que hacen audición para la Compañía Nacional de Danza (como si estudiar ahí les fuese a garantizar un pase automático) y al ser rechazados se desilusionan y abandonan el ballet por completo.

Por muy bueno que hayas sido en la escuela, primero tienes que adquirir experiencia y para lograrlo es probable que tengas que empezar bailando en una compañía poco conocida. Debes aprender la vida del bailarín profesional, adquirir experiencia escénica, “foguearte”. Tendrás que pasar primero por el Cuerpo de Baile y poco a poco escalar y subir de nivel. Tal vez fuiste una estrella en tu academia, pero en el mundo profesional, tienes que ganarte el lugar y hacerte de un nombre. No esperes ser aceptado en la mejor compañía de tu país sin un amplio currículum que te respalde. Está bien tener metas altas, pero recuerda que siempre se empieza desde abajo.

Busca un “mentor"


Busca un bailarín profesional o ex profesional a quien te puedas acercar, que pueda responder tus preguntas y actuar como consejero cuando sientas que pierdes el rumbo. Alguien que pueda ayudarte a entender cómo serán tus días y evaluar si esta carrera es para ti o no. 

Por supuesto que sería fantástico contar con un mentor con conexiones profesionales que te ayude a hacer contactos (lo que en México le llamamos "tener palancas"), pero lo importante es encontrar a alguien que quiera ayudar, que tenga la información, la experiencia, y que pueda brindarte el apoyo moral que necesitas. Si no tienes maestros o conexiones a las que sientas que puedes recurrir, consulta recursos en línea como mentorly.co y balletmentor.com. "El primer año después de graduado es el más difícil", dice Saveliev. "Y es aún más difícil pasar por él solo".

El estrés financiero


Conseguir un trabajo secundario o de medio tiempo te puede dar más flexibilidad para adaptarte a las audiciones y ensayos.

No todos tienen padres que los apoyen económicamente. Vivir en un estado de constante incertidumbre financiera, sin saber si conseguirás un contrato en la compañía donde audicionaste puede provocar mucha ansiedad y angustia.
Elabora un plan de cómo vas a administrar tus gastos. Intenta conseguir un trabajo adicional para poder subsistir; trabajar de medio tiempo te puede dar más flexibilidad para continuar tomando clases, mantenerte en forma, ensayar y asistir a las audiciones.


Humildad

Para los prodigios que están acostumbrados a los elogios constantes, el mayor impacto puede ser que el mundo profesional está lleno de rechazo. Muchos bailarines se desmoronan cuando ya nadie les dice que son maravillosos. Puede ser un fuerte golpe emocional haber sido el mejor de la clase y de la escuela, para después ser constantemente rechazado en las audiciones. Procura vivir con humildad. 

Los bailarines que ya piensan que son increíbles son incapaces de mejorar. 

Tienes que estar abierto a la crítica y a la corrección, estar abierto a no saber. Compara la experiencia dancística con ser un explorador. Tienes que canalizar el deseo de expandirte para lograrlo, y después hacerlo de nuevo, incluso cuando ya eres profesional, para llegar a ser un artista.

Si tienes la flexibilidad financiera para donar tu tiempo a los coreógrafos novatos, eso te ayudará a seguir perfeccionando tu técnica, tu interpretación y a adquirir experiencia escénica. Si tienes un amigo(a) que quiere iniciarse en la coreografía, apóyalo como intérprete. Además, nunca se sabe si esa persona llegará al éxito y recurrirá a tí para formar su compañía o su proyecto escénico. Muchos coreógrafos quieren usar a las personas que conocen y han usado antes.

No te distraigas

No pierdas el tiempo comparándote en Instagram. Seguir a los últimos “contorsionistas" en Instagram puede desviar la atención de los rigores diarios y el tiempo de descanso reparador que requiere la danza. La gente está muy distraída con las redes sociales, revisando sus teléfonos constantemente. Parece que ahora hay muy poco tiempo en la vida para descansar, reflexionar, meditar, para la imaginación. Perder tiempo comparándote con las estrellas de Instagram solo te hará sentirte inadecuado por no tener esa súper flexibilidad o por no estar de gira con Beyoncé todavía.

Manténte en el mundo real, las relaciones humanas (cara a cara) te ayudarán a mantenerte conectado y enfocado en tu objetivo.

Desconéctate del ruido de fondo, rodéate de personas sanas y productivas y encuentra tu lugar en el mundo. Ve a las presentaciones, habla con otros bailarines después de clase y trata de conocer gente nueva en cada evento o clase a la que asistas.


Apatía

Para tener éxito, no puedes dormirte en tus laureles. No importa lo hermosa que sea la ejecución de un paso, eso no es todo lo que hay que hacer. Ser profesional significa ir mucho más profundo y volverse mucho más dimensional; desarrollar tu conexión emocional, coordinación, musicalidad, intencionalidad y creatividad. 

Las escuelas de alto rendimiento tienen un plan estructurado y una exigencia muy alta. Si tu escuela no es así, es posible que tu mismo dejes de exigirte lo suficiente. Así mismo, si ya te has graduado y estás buscando trabajo en alguna compañía, no dejes de entrenarte.

Tienes que tomar clase constantemente cuando estás en medio de funciones o buscando trabajo. Aplica las correcciones en todo momento, permanece presente y sé curioso.
 
Una lesión grave.

Al salir de clase o de la escuela de danza, escápate para explorar el mundo de fuera. Una lesión grave puede hacer que los bailarines desprevenidos pierdan el rumbo. Es angustiante no saber si vas a poder superarlo y bailar de nuevo o no; la incertidumbre puede ser deprimente. Durante el tiempo de recuperación (que puede durar meses sin poder tomar clases ni bailar) necesitas una visión y un plan sobre cómo usar el tiempo libre para que no caigas en la tentación de darte por vencido y rendirte.


Llénate de experiencias ajenas a la danza. Sal y conoce el mundo que existe fuera. Piensa en las maneras en las que puedes desarrollar la fuerza mental y emocional para recuperarte de una lesión; aliméntate del arte: música, museos, pintores, etc. Acércate a tu familia, a tus amigos y hagan cosas juntos. Cuando llenas tu vida de experiencias, entonces tienes más que transmitir y comunicar a tu público, te haces un artista más completo.

¿Y si aún así no lo consigo?

La vida en danza nunca es un fracaso. Solo hay caminos diferentes. 

Jamás pienses que haberlo intentado ha sido una pérdida de tiempo, incluso si no has logrado conseguir un contrato. No todos tenemos que escalar la misma montaña. Existen otros caminos en la danza igual de enriquecedores como la docencia, la coreografía, la gestión cultural, etc.

La vida como bailarín profesional no es para todos, pero las lecciones que te brinda el entrenamiento de la danza se pueden aplicar con éxito a cualquier profesión y principalmente a la vida. 

Sin importar lo que suceda al final, las experiencias que adquieres durante el camino son únicas y forman parte esencial de quién eres. Un contrato en una compañía no te convierte automáticamente en un triunfador. Las decisiones que tomas en la vida, tu manera de enfrentar el éxito y el fracaso, tu relación con el mundo y quienes te rodean, es en realidad lo que te define como persona.




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