jueves, 3 de diciembre de 2015

Ser Profesional. Reflexiones.

Aprovechando que dispongo de este medio para comunicarme y expresarme, voy a dar un uso al blog más personal para intentar sacar mis frustraciones y preocupaciones más recientes. Siempre he pensado que escribir es una buena forma de aclarar las ideas y afrontar las cosas de una manera más objetiva.

En el medio dancístico (y supongo que en muchos otros medios también) el término "profesional" puede causar mucho conflicto, confusión e incluso frustración. En mi experiencia como maestra y también como bloggera, he notado lo siguiente: el bailarín no profesional sueña con llegar a serlo de una manera casi obsesiva. Anhela ese momento, pasa noches sin dormir pensando en cómo puede alcanzar la meta de convertirse en un bailarín profesional. Trabaja muy duro en clase, siempre puntual, siempre atento, siempre con un un objetivo en mente, el cual muchas veces le provoca lágrimas, tristeza y sobre todo incertidumbre: ¿Lo lograré?
 


Por el otro lado, el bailarín profesional puede llegar a olvidarse que lo es (no siempre, pero muchas veces sí). Reduce su entrenamiento (con el pretexto de cuidar su cuerpo), no toma clase diario, y si lo hace, no toma la clase completa o llega tarde. Su vestimenta y su peinado dejan de ser apropiados para bailar. Pierde el respeto hacia sus maestros, se considera igual que ellos, los critica, los juzga y su clase nunca le parece apropiada para un bailarín de su talla; pierde la humildad, la motivación. No hay una meta.

Hay muchos chicos y chicas que me escriben en el blog llenos de angustia porque desean por encima de todo ser profesionales. Trabajan durísimo, se esfuerzan, se esmeran, lloran y se frustran. Tal vez no les he respondido bien. Tal vez mi respuesta debería ser: "ya eres un profesional".
 

Aquí hay una cuestión muy importante. ¿Qué es ser profesional?
 

A mi modo de ver; ser profesional no significa tener un contrato con una compañía, no significa haber terminado un octavo grado y tener un título, no significa tener funciones cada semana, ni ser egresado de la mejor escuela o haber estudiado con los mejores maestros.

 

Hagamos un pequeño ejercicio. Imagina que ahora te has convertido en director de una compañía mas o menos importante. Piensa lo que te ha costado que tu compañía se haga de un nombre y de un prestigio. Imagina que tus patrocinadores vigilan cada centavo que gastas en tu compañía, entre funciones, vestuarios y sueldos. Piensa que al primer error que cometas todo se puede venir abajo. Ellos solo están esperando el mínimo error para retirar su apoyo. Cada función debe ser perfecta. Cada coreografía debe ser bailada e interpretada con absoluta precisión. 

Ahora piensa en tus compañeros de clase, en tus amigos, los que han estado contigo en este camino de la danza en las buenas y en las malas. Pregúntate: ¿a quienes de ellos contratarías para bailar en tu compañía? ¿Quienes de ellos tomarían tu trabajo con seriedad? ¿quienes de ellos no te defraudarían y no por amistad, sino porque así es su manera de ser? 

¿Verdad que cambia la perspectiva? Algunos serán muy buenos amigos, casi tus hermanos; pero eso no significa que sean buenos a la hora de trabajar. Algunos serán un poco flojos, algunos no son constantes en sus clases o algunos no se aprenden las coreografías o no se esfuerzan para mejorarlas. Conclusión: aquellos que elegiste para contratar en tu compañía son ya unos bailarines profesionales. Los otros no; independientemente de que hayan terminado o no sus estudios dancísticos. 


 
Muchos alumnos cometen el error de pensar que al graduarse o concluir el último grado, mágicamente serán capaces de hacer los pasos más complicados y las variaciones más espectaculares. Nada más lejos de la verdad.

El profesionalismo inicia mucho antes de terminar los estudios. Todos tenemos o hemos tenido a un compañero que parece no cansarse nunca, que nunca se rinde, que se queda después de clase a practicar lo que no salió, que nunca llega tarde, que nunca falta, que cada día da todo de sí mismo. Ese a quien confiaríamos nuestros recursos, nuestro futuro. ¿Por qué? Porque ha demostrado ser un profesional en toda la extensión de la palabra.


¿Graduado o mas bien Jubilado?
 
He visto a mis alumnos crecer, mejorar, aprender. Los he visto llorar, los he visto amar la danza. Los he visto ganar premios y también fracasar alguna que otra vez. Durante casi diez años los ví ser siempre unos profesionales. Ahora todo ha cambiado. Tal parece que la palabra "graduación" les nubló la cabeza. Ahora me miran por encima del hombro. Han cambiado los rostros de admiración y respeto por rostros de duda, de desconfianza. Ha cambiado la determinación de no parar hasta que salga bien por pretextos para hacerlo mal (es que el piso está resbaloso, es que estoy lastimado, es que no dormí, es que el espejo está sucio, es que, es que, es que). Ayer me pedían que les enseñara, que les exigiera; hoy me recomiendan que tome un curso de pedagogía. Hoy les molesta que les haga correcciones. Hoy se miran al espejo y son incapaces de ver sus propios errores. 
El único motivo por el que buscan bailar bien es para que yo no los regañe. Si no me doy cuenta de que se equivocaron, entonces se dan por satisfechos. Su técnica decae y no encuentro palabras para motivarlos. Ser profesional es una decisión personal, lo he dicho antes, cada quien decide hasta donde llegar y por más que yo me esfuerce; ellos llegarán solo hasta donde han decidido. Yo no puedo hacer más. 
Tal vez no he sabido enseñarles humildad. La lección más importante de todas y fracasé en ello. 
Debí escuchar a aquel maestro cuando me dijo: "nunca te enamores de tus alumnos porque te romperán el corazón". Demasiado tarde. Debo tomar una decisión importante. Mi compañía tal vez tenga que hacer una pausa. No será la primera vez. Tomar fuerzas y esperar a la siguiente generación.

Como maestra veo muchachos desinteresados y faltos de motivación; sin embargo, sé perfectamente que no existen los tontos, sino jóvenes a quienes les falta preguntarse “¿para qué hago esto?”. Este tema es de crucial importancia. Ser profesional no es un propósito para la lista de aspiraciones del próximo año. El cambio debe hacerse ya y empezar a ser un profesional desde este preciso instante.

11 comentarios:

  1. Buenas tardes, Srta Mariana. Acabo de leer su mensaje, y comparto mucho con lo que menciona, si bien es cierto yo aún no soy una profesional pero sueño con serlo. Sin ambargo, desde cuando uno decide cumplir un sueño, sin importar en la etapa en que estemos, a pesar de todas las cosas que uno puede pasar, es porque lo lleva en la sangre y no por el simple hecho de culminar un "curso" por así llamarlo. Y para ello la humildad, perseverancia y sencillez siempre por delante, porque son estas cualidades las que sacan los profesional de uno.
    Saludos.

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    1. Hola Karina. Gracias por visitar el blog.
      Estoy de acuerdo contigo. Cada etapa y cada momento es importante. Hay que buscar superarse a sí mismo cada día y eso nos hace profesionales. Un abrazo!

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  2. Hola, me gustó mucho lo que escribió sobre "ser profesional"; agradezco que compartas estos consejos... Quisiera saber cuál es la mejor manera de mantenerse "en forma" durante las vacaciones. Si bien hay cursos de verano, éstos no empiezan hasta enero o febrero, y uno queda un tiempo sin clases... ¿Cómo hacer para no perder el estado físico y la flexibilidad? ¿pilates funcionaría? Gracias..

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  3. Hola, me gustó mucho lo que escribió sobre "ser profesional"; agradezco que compartas estos consejos... Quisiera saber cuál es la mejor manera de mantenerse "en forma" durante las vacaciones. Si bien hay cursos de verano, éstos no empiezan hasta enero o febrero, y uno queda un tiempo sin clases... ¿Cómo hacer para no perder el estado físico y la flexibilidad? ¿pilates funcionaría? Gracias..

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    1. Hola, gracias por la confianza.
      Es importante darse unos días de descanso en las vacaciones. El cuerpo lo necesita y tus músculos recuperarán energías para regresar mejor a clase. Si las vacaciones son largas, entonces sí te recomiendo algo de ejercicio para no regresar toda tiesa jaja. Pilates es perfecto, también puede ser algo de yoga o barra al piso. Algo que no sea tan fuerte pero que te mantenga en movimiento.

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  4. Hola, quisiera hacerte una pregunta...me gustaría saber cuánto tiempo de calentamiento hay que realizar antes de entrar a clase o antes de hacer algún ejercicio de elongación y estiramiento para mejorar la flexibilidad (como la abertura de piernas)... no sé si me explico, pero según lo que tengo entendido, hay que realizar un calentamiento previo antes de exponer a los músculos a un esfuerzo mayor-como lo es abrirse de piernas- y me gustaría saber en qué consiste un buen calentamiento y cuánto tiempo debe durar. En mi caso, no puedo entrar a clase o hacer ejercicios de flexibilidad sin antes haber realizado un previo calentamiento... pero me suele llevar mucho tiempo, no sé si esté bien.

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    1. Hola, muy difícil tu pregunta jeje. El tiempo de calentamiento depende de cada quien. Debes de sentir tu cuerpo completamente preparado y en estado óptimo para cuando empieces la clase. Si te toma demasiado tiempo está bien, no importa si a tus compañeros les lleva menos tiempo, sigue haciéndolo así. Llega temprano a clase y prepara tu cuerpo a consciencia.
      Para los ejercicios de stretch o elongación, a mi modo de ver, es necesario haber tomado toda una clase completa (por lo menos la barra) para poder estirar tus músculos al máximo sin riesgos a lastimarte. Te recomiendo que te quedes unos minutos más al finalizar la clase para que trabajes el stretch. Espero haber sido de ayuda. Saludos!

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  5. Con respecto a lo que dices al final sobre tus alumnos, considero que muchas veces pueden sentirse demasiado presionados por la perfección que el ballet (y tú como docente de esa disciplina) exige. Lo digo como docente y como alumna, no todos queremos ser "profesionales", porque quizás tenemos otras actividades y el ballet, si bien lo tomamos en serio, también es una distracción de las presiones laborales, familiares, etc...creo que hay que lograr encontrar el punto en donde exigir y apuntalar sin ahogar o presionar...delicado y difícil equilibrio. Muy bueno el blog y comparto lo de las puntas y otros artículos publicados...

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    1. Hola Luciana, muchas gracias por tu comentario. Tienes razón, tal vez solo fue un año difícil y debo tomar las cosas con más calma. Muchas gracias.

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  6. Hola, me encanto tu artículo.Mi madre fue bailarina professional y siempre me ha transmitido una idea parecida a la tuya.Veràs quisiera hacerte una pregunta, yo empecé ballet con 2 años con la misma maestra que la de mi madre y ella me decía que podria seguir su camino,pero hace 4 años tuve que dejar la danza por la separación de mis padres...Ahora puedo volver a hacer ballet pero no estoy segura, me he vuelto muy poco flexible. Me gustaría poder ser professional pero ya tengo 13 años.El caso es que me gustan mucho tus artículos y quisiera pedirte consejo, tu que crees?

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    1. Hola, Gracias por visitar el blog. Mi consejo sería exactamente lo que dice este artículo. Ser profesional es una actitud, no un contrato. Si quieres bailar hazlo, y hazlo lo mejor que puedas. No puedes preocuparte por si vas a ser o no profesional, cuando todavía no has empezado.

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