miércoles, 24 de julio de 2019

"Merde" y otras supersticiones

La danza es un arte efímero, desaparece en el mismo momento en que se crea; por lo tanto, el resultado del mismo está en la cuerda floja del azar, es imposible saber al 100% si una función va a resultar bien o no. Es entonces cuando aparecen las supersticiones y los amuletos que proporcionan al artista la seguridad y la tranquilidad que necesita antes de una función.
Según el director mexicano Luis de Tavira, la superstición es parte de la magia del teatro, asegura que no todo está en nuestras manos, por eso nos sentimos afectados por duendes extraños, que sin duda existen, en los teatros.

“Merde" 

Una de las creencias más comunes en la danza y el teatro en general, es nunca decir "buena suerte" antes de un espectáculo, ya que es, de hecho, de muy mala suerte. Los artistas dicen "rómpete una pierna" en su lugar. Pero como esa frase no es exactamente amigable con el baile, en la danza es más común desear "merde” o “mierda” antes de subir al escenario. 


La historia de "merde" comienza en el siglo XIX cuando el público del teatro y la ópera, llegaba en carruajes tirados por caballos. Si había un teatro lleno, seguramente habría un montón de estiércol frente al teatro. Decir "merde" se convirtió en una manera de desear casa llena y buen espectáculo. 

Otra versión explica, según Luis de Tavira, que decir “merde", en francés, se debe a un hito en el teatro del siglo XIX. Viene del estreno de una obra, que fue un parteaguas muy escandaloso en el teatro francés: Ubú rey, de Alfred Jarry. En la representación, la primera palabra que pronuncia el personaje es "mierda". En aquel estreno, el teatro se vino abajo en aplausos. 



Otras supersticiones
  • En Alemania, Raymond Lukens, emérito asociado del American Ballet Theatre National Training Curriculum, recuerda que "toi toi toi toi" era habitual. "Toi toi toi toi" es una frase de origen alemán y yidish, cuyo propósito es emular escupir para alejar a los malos espíritus. Los cantantes de ópera adoptaron esta tradición antes de los shows, y eventualmente se adoptó también en el ballet. "Es como escupir, generalmente detrás de la oreja del colega a quien le estás dando buenos deseos", dice Lukens.
  • La frase italiana "en bocca al lupo" significa "en la boca del lobo", y se supone que el destinatario responde "crepi il lupo", que significa "que el lobo muera".
  • En Australia, los artistas se dicen "chookas". El origen de la palabra es confuso, pero probablemente sea una variante de "chook" o pollo. El pollo solía ser considerado una comida cara, y la idea era desear un buen espectáculo para que los artistas fueran pagados (y luego comieran) bien.
  • El director Mauricio García Lozano, actor y director de teatro y ópera egresado del Centro Universitario de Teatro de la UNAM, acepta la existencia de los duendes de los entretelones y asegura que ha sido víctima de sus travesuras: una luz se funde, el vestuario desaparece o suceden hechos inexplicables en escena. Él dice que en el teatro no se debe silbar, porque “al duende no le gusta”. La explicación racional tiene que ver con que antiguamente, los técnicos se comunicaban con silbidos y si alguien externo silbaba, éstos se confundían y la puesta en escena se arruinaba.
  • El color amarillo se convirtió en un color de mala suerte para los actores porque cuando Molière estrenó El enfermo imaginario vestía de ese color y, en plena función, se sintió mal muriéndo horas después. 
  • Obsequiar claveles se considera una afrenta, pues en el siglo XIX los empresarios enviaban estas flores a los actores para indicarles que su contrato había terminado. Si recibían rosas, tenían trabajo por otra temporada.
  • Una de las maldiciones más temidas en el universo de la superchería teatral es la de Macbeth: “Nunca hay que decir ese nombre adentro de un teatro”, advierte García Lozano. De acuerdo con Luis de Tavira, “la obra escocesa”, como se le llama para evitar nombrarla, es terrible por el ambiguo conjuro de las brujas que aparecen en esa historia, en virtud del cual ellas anticipan a Macbeth su fatídico destino.“Esta superstición tiene que ver con una leyenda de una compañía inglesa del siglo XVII que no lograba montar la obra porque le ocurrían varios accidentes. Por eso se dice que es ‘el texto maldito’. Esto sucedió justo después de la muerte de Shakespeare y durante un siglo existió esa maldición”.
  • El martes y viernes son días poco afortunados para un estreno.
  • Un ensayo general sin ninguna equivocación equivale a un fracaso en el estreno, de ahí que, si esto ocurre, el actor que interpreta el último párrafo o réplica, no lo pronunciará. Por el contrario, encontrar clavos olvidados por los tramoyistas, es buena señal.
  • Muchos artistas salen a escena con alguna clase de objeto "mágico" o amuleto escondido entre su vestuario. 
  • Algunos bailarines tienen rituales de buena suerte, como hacer el calentamiento con una prenda especial (calentadores, zapatillas, etc), escuchar cierta canción antes de la función, meditar, o recitar para sí mismos algún poema.

Ser supersticioso es parte de la naturaleza humana para justificar lo que no se puede explicar. Además, las supersticiones pueden dar a los artistas un impulso de confianza y seguridad. La ritualización brinda a los artistas una sensación de control sobre la imprevisibilidad del espectáculo en vivo.
¿Tienes algún tipo de ritual o amuleto para subir al escenario?



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