Martes 5 de marzo del 2013 y tocó el turno al Ballet Estatal de Niños de San Petersburgo. ¿Dónde? En el Teatro San Benito Abad, un lugar hermoso, enorme, muy bien equipado y con unas instalaciones preciosas.
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25 jóvenes bailarines, entre los 9 y los 18 años de edad, interpretaron La Bella Durmiente, de Charles Perrault, con un vestuario hermoso y lleno de color.
La música de La Bella Durmiente es de Tchaikovski y la coreografía original de Marius Petipa
Emilia Kovac es representante del Ballet Estatal de Niños de San Petersburgo, y son dirigidos por las reconocidas ex bailarinas Anatoli Nikiforov e Irina Aleksandrovna Safonova.
La obra no fue presentada en su totalidad, se omitieron algunas partes, no hubo grandes acrobacias (fouettés, piruetas, etc), sin embargo, en mi opinión fue una obra bien bailada, técnicamente muy limpia y muy expresiva.
Los solistas fueron Ogata Mai y Zabotin Ilya.
Entre los principales requisitos para entrar al Ballet Estatal de Niños de San Petersburgo, además de presentar un cuerpo esbelto, el niño debe mostrar energía y fuerza para bailar, además de poseer un talento nacido de su vocación e inspiración profesional, pues de este modo, la compañía evita que los niños sean obligados a ejercer un oficio que no les satisface.
Aunque todavía no son profesionales, la calidad que se observa en el escenario es del mismo nivel que de una presentación ejecutada por adultos, la temática y el mensaje que se desea transmitir al público es exactamente el mismo.
Los niños pertenecientes al Ballet Estatal de Niños de San Petersburgo no reciben salario por su trabajo, pues las giras forman parte de las actividades escolares que, la también escuela de ballet, da a sus bailarines en formación, situación que reduce las intenciones de lucrar con el talento de los menores.
Las ganancias obtenidas en cada presentación se destinan a solventar costos de viajes, hospedaje, vestuario, etc.
Es de admirarse la independencia emocional que los chicos logran al ausentarse del seno familiar durante las giras. Ante ello, el cuerpo de producción y enseñanza del Ballet Estatal de Niños de San Petersburgo, aplica sistemas de seguridad para proteger el bienestar de sus integrantes más pequeños, por ejemplo, cada infante tiene la compañía de un bailarín mayor que cuida de él, con la responsabilidad de jamás dejarlos solos bajo ninguna circunstancia.
El Ballet de Niños de San Petersburgo ha sido galardonado con importantes reconocimientos internacionales, desde su fundación en 1992, entre los que destacan el otorgado en el Festival homónimo de Teatros para niños en 1998 y 2001, mientras que en abril de 2000, obtuvo dos medallas de oro y una de plata en el Concurso Internacional de Ballet para infantes. Para 2004 y 2005, la producción de La Bella Durmiente fue nombrada como “La Mejor Producción del Año”.
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