Por ello, y a veces por motivos coreográficos, practicamos diferentes técnicas de danza que desarrollan nuestra fuerza física, nos enseñan habilidades acrobáticas o moldean la figura corporal.
Entre todas ellas, el ballet se considera una de las más importantes ya que permite al bailarín desarrollar una técnica estricta y minuciosa que mejora la consciencia corporal, el control muscular, las extensiones, la técnica del giro, la precisión y nos brinda una serie de habilidades que pocas técnicas o estilos nos pueden proporcionar.
La Técnica
El ballet es lineal; enfatizando la forma, extensión y ligereza en el cuerpo. Esto puede reflejarse claramente en ciertos estilos de danza jazz y danza moderna (como Horton o Graham Technique).
Sin embargo, otros tipos de baile como la técnica del release y el hip-hop, requerirán que deseches toda la técnica del ballet. Pero conocer y dominar técnicas opuestas y saber sus diferencias, mejorará la calidad de tu movimiento, permitiéndote ser en un bailarín más completo.
Nivelar fuerza, flexibilidad y coordinación
El ballet también es una técnica estructural con una forma definida y un esquema general de clase. Cuando trabajas en la barra, realizas cada ejercicio en el lado derecho e izquierdo. Lo mismo es para el resto de la clase: centro, petit allegro, adagio, grand allegro.
En otras técnicas, es posible que se dedique menos tiempo a equilibrar la coordinación de ambos lados del cuerpo, ya que se suele emplear más tiempo a combinaciones centrales más largas. Sin embargo, una integración corporal equilibrada es esencial para ser un bailarín completo. Cuando trabajas para nivelar tu flexibilidad, fuerza y coordinación de los lados derecho e izquierdo en la clase de ballet, serás capaz de adaptarte a la coreografía de cualquier disciplina con facilidad.
Musicalidad
El ballet también es una excelente manera de entrenar tu musicalidad como bailarín. La musicalidad es tu conciencia de la música y el ritmo mientras bailas. Va más allá de permanecer en el ritmo de una frase de ocho cuentas; la musicalidad enfatiza cómo se puede acentuar la música en consecuencia a través de un movimiento específico.
El entrenamiento musical ayudará a mejorar tu sentido del tempo (es decir, si algo es rápido o lento). También puede determinar si algo se realiza de manera brusca o más fluida, dependiendo del ritmo o la melodía de la música. Esto mejorará tu capacidad de comprender las diferentes cualidades de movimiento en el cuerpo que se pueden pedir fuera del ballet, esto es, aprenderás a matizar el movimiento para que éste empalme perfectamente con la música en velocidad, ritmo, fuerza y acento.
Tomar un respiro
Vivimos en un mundo muy acelerado. Todos quieren coches rápidos, entrenamientos rápidos, respuestas inmediatas, un viaje rápido al trabajo, comidas rápidas para preparar, etc. Cuanto más rápido sea algo, mejor. No sorprende que el hip-hop y el jazz sean algunas de las formas de baile más populares en nuestra cultura debido a su naturaleza de ritmo rápido.
Cuando te detienes y piensas en ello, vivir un estilo de vida acelerado no siempre es bueno. Es agradable tener momentos en los que se pueda recuperar el aliento y tomar el sol, o disfrutar de un largo paseo por la playa, o un momento de calma para escuchar tu canción favorita, o incluso cocinar durante más de 20 minutos y disfrutarlo.
El ballet representa ese momento de calma que todos necesitamos de vez en cuando. Como bailarín, es saludable tener tiempo para concentrarte en tu cuerpo y en la verdadera técnica en medio del ajetreo y el bullicio de todas las otras clases. Es un respiro necesario para un bailarín que siempre vive acelerado.
Mejorar tu autodisciplina
Es bien sabido que el ballet implica una disciplina muy estricta. Hay muchas reglas que se deben respetar sí o sí:
No hablar durante la clase
Escuchar al maestro
No faltar a clase(sin una razón válida)
No llegar tarde
Código muy estricto de peinado y vestimenta
Etc
Aunque no lo parezca, estas reglas te ayudan en la vida cotidiana. Las clases de ballet son una gran oportunidad para mejorar como persona y como bailarín, para aprender a ponerte retos y alcanzarlos, para concentrarte al 100% en tus clases.
Una mente analítica
El ballet es extremadamente analítico en su enfoque, y abarca un amplio espectro de cualidades de movimiento. Es un gran método para desarrollar una gran conciencia física: hay una progresión muy constante y lógica, desde las posiciones más básicas hasta el encadenamiento más interesante y complejo en los últimos años de entrenamiento.
Cada paso de baile, por simple que parezca, requiere un esfuerzo del cuerpo y la mente. No solo copiar los movimientos del coreógrafo, sino escuchar la forma en que describen cada acción y qué músculos están usando y dónde está sentado su peso. Tratar de aplicar cada corrección que se te da y repasar las cosas para que tu mente y tu cuerpo puedan recordar qué hacer. Incluso el ejercicio de calentamiento más simple merece su enfoque completo y es el ballet el que te enseña eso.
Cada pequeño detalle, cada milimetro de tu cuerpo es importante para el ballet. Esa búsqueda de la perfección, se aprende y se traslada también al estilo de tu especialidad, sea jazz, contemporáneo, etc.
Libertad de expresión
El ballet te permite afinar tu cuerpo como un instrumento no solo de técnica, sino también de expresión. Los verdaderos bailarines son libres de usar sus cuerpos para expresarse completamente, sin importar qué tipo de coreografía se les presente.
La técnica no tiene sentido si no evoca la emoción. Una vez que tienes la técnica, puedes descubrir cuál es tu interpretación. Emplear tanto los elementos técnicos como la visión artística del coreógrafo, te convierte en un mejor bailarín.
Una sólida base técnica.
Lo que el ballet ofrece, es una base muy sólida, un campo de lanzamiento; para que los bailarines puedan luego seguir el camino que desean. El ballet asegura que los estudiantes ingresen al mundo profesional con un alto nivel de técnica.
Puede ser muy difícil corregir los "malos hábitos" que creas a lo largo de los años al no aprender la técnica correcta, sin mencionar que compites con otros bailarines que han estudiado el ballet por completo.
El ballet te ofrece los movimientos básicos de brazos y piernas que necesitas en jazz, contemporáneo, tap, hip hop y baile de salón.
Te ayuda a encontrar tu centro de equilibrio, ganar fuerza y agilidad y moverte con gracia. Y la mayoría de los coreógrafos buscan esta capacidad técnica. Si no tienes el entrenamiento técnico que proviene del ballet y tu competencia sí, no obtendrás el papel que deseas.
Para terminar, solo queda comentar que es importante agregar al menos una clase de ballet a tu horario semanal para comenzar. Luego, agrega más según lo permita tu tiempo y presupuesto.
Puede ser que odies el chongo, el leotardo y las mallas, calentar en la barra y recurrir a la música clásica. Pero si no recibes la capacitación ahora, tendrás mayores dificultades si quieres bailar profesionalmente. Prometo que todo tu arduo trabajo dará frutos. Serás un mejor bailarín y tendrás un abanico más amplio de trabajo en tu futura carrera.
Puede ser que odies el chongo, el leotardo y las mallas, calentar en la barra y recurrir a la música clásica. Pero si no recibes la capacitación ahora, tendrás mayores dificultades si quieres bailar profesionalmente. Prometo que todo tu arduo trabajo dará frutos. Serás un mejor bailarín y tendrás un abanico más amplio de trabajo en tu futura carrera.
